Enfriar al recién nacido que ha sufrido falta de oxígeno en el cerebro salva vidas y consigue evitar secuelas.
El Dr. Alfredo García-Alix, investigador del grupo de la Fundació Sant Joan de Déu: Enfermedades en la edad adulta de origen fetal, junto con la Dra. Ana Alarcón e investigadores del grupo, han descubierto que bajar unos grados la temperatura de la sangre que llega al cerebro del recién nacido durante 72 horas realentiza y para el proceso de destrucción celular.