La contaminación atmosférica y las zonas verdes influyen en los trastornos emocionales y de conducta de los niños
Un estudio liderado por el Institut de Recerca Sant Joan de Déu (IRSJD) y el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) muestra los efectos de la contaminación atmosférica y los espacios verdes en el desarrollo de problemas emocionales y de conducta en niños de Cataluña. La investigación, publicada en la revista Child and Adolescent Mental Health, ha sido posible gracias a la colaboración de la Marató de 3Cat y el área de Salut Mental del CIBER (CIBERSAM) y la colaboración con el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal).
Los factores ambientales físicos pueden afectar la salud del cerebro
Los problemas emocionales y de conducta son frecuentes en la infancia: se estima que aproximadamente un 13,4% de los niños y adolescentes sufren problemas de salud mental en todo el mundo. Estos trastornos pueden continuar en la edad adulta y tener un gran impacto en los individuos y sus familias. Aunque la genética es importante, el papel de los factores ambientales en el desarrollo de la salud mental está ampliamente aceptado. En este sentido, cada vez hay más evidencia de que los factores ambientales físicos presentes en el entorno también desempeñan un papel fundamental en la salud del cerebro.
Entre los factores ambientales que pueden afectar al cerebro se encuentra la contaminación ambiental. "Hasta ahora hay muchos estudios realizados en adultos, pero es esencial estudiar estos efectos en niños, ya que es una etapa clave del desarrollo y pueden tener consecuencias a largo plazo", explica la Dra. Silvia Alemany, investigadora principal del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y del CIBERSAM.
Para entender mejor la relación entre el entorno y la salud mental en la infancia, el IRSJD y el VHIR han coordinado un estudio con 4.485 niños y adolescentes de 48 escuelas e institutos de Cataluña, tanto públicos como privados. Por un lado, el equipo investigador estudió su exposición a diferentes contaminantes del aire, como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión, así como la proximidad de espacios verdes a los centros educativos. Paralelamente, y mediante cuestionarios a las familias, se analizó la salud mental de cada niño. Estos datos permitieron estudiar los efectos de la exposición a contaminación y la proximidad a espacios verdes durante períodos de uno y cuatro años antes de la evaluación de los problemas emocionales y de conducta.
La exposición a partículas PM10 se asocia a un mayor riesgo de sufrir problemas emocionales
Los resultados mostraron que la exposición a contaminación atmosférica, especialmente a las partículas PM10, se asocia a un mayor riesgo de problemas emocionales como ansiedad y depresión, efectos que se observaban al cabo de un año.
Por otro lado, se observó que el hecho de tener áreas verdes a menos de cien metros de la escuela reducía el comportamiento agresivo de los niños. Estas diferencias se observaban incluso cuatro años después de la exposición. El equipo investigador señala que esto puede deberse a efectos beneficiosos derivados directamente de la exposición a zonas verdes, como la reducción de los niveles de estrés, o a través de otros mecanismos como la promoción de la actividad física, la interacción social, el juego libre, o la reducción del ruido o la contaminación.
El estudio también analizó si el sexo, la edad, el estatus socioeconómico o la predisposición genética podían influir en estos resultados. No se encontraron diferencias significativas, lo que indica que estos efectos se dan independientemente de estos factores.
Mejorar la calidad del aire en beneficio de la salud mental
Los resultados obtenidos en este estudio ponen de manifiesto la necesidad de reducir la contaminación y aumentar las zonas verdes para proteger la salud mental de los niños. "Es necesario apostar por estrategias para mejorar la calidad del aire y ampliar los espacios verdes, especialmente en áreas cercanas a las escuelas", subraya la Dra. Rosa Bosch, coordinadora del programa SJD MIND Escuelas en el IRSJD, miembro del CIBERSAM, Responsable de Investigación de la División de Salud Mental de Althaia Red Asistencial Universitaria de Manresa, y co-primera autora del estudio.
La exposición a contaminantes es un problema cotidiano para una gran parte de la población. Por este motivo, "incluso pequeñas modificaciones en las exposiciones pueden traducirse en mejoras en la calidad de vida de muchas familias a corto y largo plazo", indica Uxue Zubizarreta-Arruti, investigadora predoctoral del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR y co-primera autora del estudio.
El estudio ha sido posible gracias a la financiación de otras entidades como Agència de Gestió d'Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR), el Instituto de Salud Carlos III, la Marató de 3Cat, la European Regional Development Fundation (ERDF), la ECNP Network 'ADHD across the Lifespan', la Fundació 'la Caixa', la Diputació de Barcelona, el 'Plan Estratégico de Investigación e Innovación en Salud' (PERIS), la Fundació Privada d'Investigació Sant Pau (FISP) y el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.

Los resultados mostraron que la exposición a contaminación atmosférica, especialmente a las partículas PM10, se asocia a un mayor riesgo de problemas emocionales como ansiedad y depresión.